Alterado

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Imagínate esto: Estas en un lugar público y de pronto ves una gran cantidad de personas que salen corriendo desenfrenadamente sin rumbo específico. Solo corren de algo o alguien que les representa algún peligro. ¿Que haces?

Recientemente en mi ciudad ocurrió precisamente eso pero después de investigar la razón por tanto alboroto, se descubrió que todo fue producto de un atentado contra el orden público. Una persona gritaba llantos de peligro y urgencia diciendo que alguien estaba armado y disparando, cuando en realidad solo era una broma.

Un atentado contra el orden público es un delito penado por la ley y en una de sus muchas definiciones encontré esta: “Cuando las palabras o la conducta de una persona ponen en peligro el derecho de la otra persona a la paz y la tranquilidad, puede ser acusado de perturbar la paz.”

Paz y tranquilidad es lo que muchos de nosotros queremos y pocos logramos experimentar. Esta mala noticia no es sorpresa, ya que el desorden de ansiedad y depresión arropa a mas de 40 millones de adultos en los Estados Unidos.

Mejor dicho, millares de personas que a diario alguien o algo atenta contra lo mas preciado que cualquier ser humano pueda poseer…PAZ. La Paz no se compra con dinero, ni se hereda de algún familiar, ni mucho menos se puede conseguir en alguna receta médica.

Sentir paz es un sentimiento de bienestar que no está ligado a las circunstancias ni ajeno a las dificultades. Tener paz y tranquilidad transciende los pronósticos y diagnósticos. El que la llega a tener y valorar, entiende que su paz no es negociable.

Decide hoy que nada ni nadie arrebata tu paz.

Así Dios les dará su paz, esa paz que la gente de este mundo no alcanza a comprender, pero que protege el corazón y el entendimiento de los que ya son de Cristo. Filipenses 4:7 TLA

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